viernes, 6 de octubre de 2017

Los padres echan humo


Aspirar a ser progenitores excelentes lleva a la frustración y la culpa. 

El buen padre o madre tiene autoridad, pero resulta cariñoso y dialogante. Es abnegado y dedica a sus hijos tiempo de calidad, si bien cultiva aficiones como la lectura o el deporte, porque educa con el ejemplo. Jamás pierde el control y logra que los niños sean corteses, aplicados y virtuosos sin levantar la voz ni, por supuesto, dar un cachete. En resumen, en los hogares donde los progenitores son perfectos, los hijos también lo son. Y la convivencia va siempre como la seda. Solo hay un pequeño, minúsculo problema: los padres perfectos no existen. «Debemos ser los mejores padres posibles: los que nuestros hijos necesitan», advierte la psicóloga Silvia Álava.

¿Significa eso que podemos relajarnos y dejar que el mundo se encargue de hacer de nuestros retoños personas de provecho? Claro que no. El filósofo y maestro Gregorio Luri acaba de publicar su último libro, ‘Elogio de las familias sensatamente imperfectas’ (ed. Ariel). «Los niños tienen derecho a tener unos padres imperfectos, a ser frustrados y a conocer los adverbios de negación», o sea, a que les digan ‘no’ cuando haga falta y sin complejos.

Él lo expone con ironía. «Para ser una familia perfecta, ayudaría mucho tener el segundo hijo antes que el primero», asegura. También sería conveniente que los niños nacieran «con más sentido común que energía», tener todo el tiempo del mundo para dedicarles y poder programar los estados de ánimo, de modo que, al llegar de la escuela, nos encontrasen relajados, abiertos y ocurrentes. Mientras eso no sea posible hay que asumir la realidad: antes de tener descendencia, nadie tiene la más remota idea de qué hacer. Dado que la perfección es inalcanzable, conformémonos con lo que está justo debajo: la imperfección sensata.

Álava también aborda el asunto en su libro ‘Queremos que crezcan felices’ (ed. JDEJ). «Hay que tener mucho cuidado con las metas que nos proponemos, porque a veces son imposibles. A menudo proyectamos en los hijos nuestras frustraciones, y pretendemos que estudien un instrumento o practiquen un deporte que a nosotros nos gusta, pero a ellos, no».

La presión sobre los progenitores es mu grande. «Educar nunca ha sido fácil», admite el experto, quien asegura que «una tablilla sumeria escrita hace 3.700 años recoge una discusión entre un padre y un hijo en torno a los deberes escolares». Lo que es nuevo, añade, «es la cantidad de expertos que se dirigen hoy a las familias diciéndoles cómo tienen que hacer las cosas». Una búsqueda somera de manuales para ser buenos padres basta para hacerse una idea. Los hay a cientos. Internet multiplica por mil ese bombardeo de información.  Y sus consejos, supuestamente infalibles, son a menudo contradictorios. Los padres nadan en un mar de dudas. ¿Leche materna o biberón? ¿Colecho o cuna? Las actividades extraescolares, ¿son enriquecedoras o estresantes? ¿Cuántas raciones de verdura necesita un chaval para crecer sano? Con los adolescentes, ¿funciona mejor la mano dura que la negociación?

Tenemos menos hijos, más tarde, y el mundo es más competitivo. Educar no es un concurso, pero a menudo lo parece: las familias tienden a compararse con otras, como si hubiera premio para las que críen los mejores ejemplares. El consumismo hace el resto. La presión del grupo hace sentir mal a quien no compra el móvil, el juego o la ropa que ‘todo el mundo tiene’. Y quizás acierta quien va a contracorriente. Porque lo que necesitan los niños no es de marca: es el amor de su familia.

Hiperpadres y ‘colegas’

Cuanto mayor es la aspiración a la excelencia, más probabilidades de cometer errores. En algunas ocasiones, los progenitores que pretenden ser extraordinarios resultan sofocantes: son los ‘hiperpadres’, siempre encima de sus vástagos, protegiéndoles de todo problema, obstáculo y frustración. «Hay que preparar a tu hijo para el camino, no el camino para tu hijo».

Otros, en su intento de huir de su propia infancia, abandonan el rol paterno y fingen ser ‘colegas’ de sus hijos. «Los niños tendrán muchos amigos, pero solo un padre y una madre. Hay que acompañarles para que aprendan a resolver las cosas por sí mismos».

Y es conveniente no flagelarse por los errores cometidos. «Los padres de antes hacían lo que creían que tenían que hacer y pasaban página. Los de ahora llevan dentro un Pepito Grillo», asegura Luri. Les horroriza la idea de hacerlo mal. Si imponen disciplina, se machacan por ser demasiado autoritarios. Si dialogan, temen haberse pasado de indolentes.

Con las mujeres es aún peor. Ciertos medios de comunicación proponen un modelo de madre imposible, que es capaz de cumplir sus obligaciones laborales, cocinar deliciosas recetas caseras, mantener la casa en perfecto estado de revista, ser un cálido refugio para su prole, atesorar la sabiduría de un doctor en Pedagogía y, además, parecer una modelo. «Tenemos una imagen arraigada culturalmente de lo que es ser madre que no es real y nos hace sentir culpa y frustración –afirma Laura Baena, fundadora del Club de las Malasmadres, una comunidad virtual con cientos de miles de seguidoras–. El club nació con mucho humor, de reírnos de nuestros intentos fallidos por ser esa madre perfecta, y con una lucha social: la conciliación».

El problema, coinciden Luri y Baena, es que las féminas han salido al mercado laboral, pero la mayoría de los hombres no ha entrado en casa. No lo suficiente. Muchas renuncian a su carrera profesional por la maternidad; en ellos es raro. «Mamá no sabe hacer croquetas, pero de noche me lleva a la Luna», reza una camiseta diseñada por el club. Las ‘malasmadres’ reniegan de ‘superwoman’. «Somos madres reales: con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo. Somos las mejores madres que podemos ser».

El filósofo reivindica el humor y el sentido común. «Me parece esencial bajarse los humos, reírse de las propias incapacidades. Ese padre que se toma tan en serio, que se castiga dándose cabezazos contra la realidad, me parece muy dramático. El irónico dice: ‘He metido la pata, a ver qué aprendo de esto’». «La familia es un ámbito cargado afectivamente, muy intenso. Podemos herirnos de una manera cruel; nadie sabe cómo hundir a una persona mejor que su hermano. Por eso hay problemas de convivencia. La persona sensata no es la que no tiene problemas, sino la que es capaz de afrontarlos sin demasiadas gesticulaciones, sin gritos, con una cierta confianza en sí mismo».

Luri, que ya es abuelo, admite que no habría podido escribir este libro cuando tenía en casa un par de adolescentes: «Habría sido hipócrita, porque entonces tenía más preguntas que respuestas». Reconoce haber cometido errores de bulto, fallos «sonrojantes». «Si lo que has hecho mal no parece que haya dejado heridas y lo que has hecho bien permite mantener los lazos... es para estar contento», concluye. «Ser una familia normal e imperfecta es un chollo: hacerse adulto es aprender a querer a alguien que merece ser querido a pesar de sus imperfecciones».
(Fuente: Ines Gallastegui.- "El Norte de Castilla"

lunes, 2 de octubre de 2017

Personas introvertidas versus personas extrovertidas



Las personas calladas suelen pasar desapercibidas. Rara vez se tiene en cuenta lo que hay tras esa apariencia serena, cauta y silenciosa. Son personas observadoras, exploradoras de los sentidos que conectan de forma más intensa con la realidad, con los pequeños detalles y con esos mundos sensibles que esconden universos variados y apasionantes.
Cada uno de nosotros procesamos la información de forma distinta, eso es algo que ya sabemos. Sin embargo, en ocasiones, se nos escapa que esas diferencias van ligadas sobre todo a nuestro estilo de personalidad. 

Esto es así por una razón muy concreta, a la vez que fascinante. Todo estímulo en el cerebro de la persona introvertida, hace un complejo recorrido vinculado a la memoria emocional, al análisis y la planificación. Por su parte, las personas más extrovertidas tienen un umbral de sensibilidad un poco menor a los estímulos y son muchos más rápidos a la hora de emitir una respuesta o iniciar una conducta.

No se trata ni mucho menos de ensalzar un estilo de personalidad por encima de otro. De hecho, la mayoría de nosotros podemos tener rasgos de ambas dimensiones, aunque nos encontremos más cerca de una de ellas. Lo que queremos exponer con esto es que a día de hoy, ese silencio en la persona introvertida sigue siendo mal entendido e incluso descuidado en los centros educativos.

Personas calladas, aves extrañas en un mundo de extrovertidos

Cada día, maestros y profesores ven en sus aulas a esos alumnos que, sentados en las últimas filas, se pasan toda la clase en silencio, absortos en un punto de la clase o garabateando secretamente en sus cuadernos. No les agrada responder en voz alta las preguntas ni interactuar en las lecciones. No funcionan de ese modo. Sin embargo, los centros educativos, e incluso las universidades, siguen valorando al alumno que participa, que diserta, que levanta la mano y contagia entusiasmo e interés con su actitud.

Ese estereotipo que vincula extroversión con éxito o eficacia, sigue muy arraigado en nuestras mentalidades y en nuestra sociedad. Los especialistas en psicología social, por ejemplo, nos indican que en estas últimas décadas el perfil de la persona extrovertida, carismática pero a la vez egocéntrica y poco sensible a las necesidades ajenas, sigue encumbrando con mucha más fuerza nuestros entornos laborales y nuestras élites políticas.

Es como si el ideario colectivo valorara esos rasgos comportamentales y de personalidad como eficaces sin llegar a ver realmente el desempeño productivo, o la capacidad de crear un clima de armonía entre los grupos de trabajo. Sin embargo, y aquí llega lo más contradictorio, las actuales investigaciones sobre liderazgo nos revelan que las personas introvertidas, calladas, reflexivas y pacientes, propiciarían un rendimiento mucho más elevado y un entorno humano más satisfecho.

Por otro lado, la profesora e investigadora Francesca Gino, de la Universidad de Harvard, realizó un trabajo donde demostró que los líderes con un perfil de personalidad introvertido no abundan demasiado en nuestra actualidad. Son aves extrañas en un mundo donde sigue triunfando la extroversión. Sin embargo, en aquellos entornos laborales donde el departamento de dirección cuenta con líder de estilo pausado, reflexivo a la vez que sensible, actúa como gran facilitador a la hora de potenciar las aptitudes de sus trabajadores.

Los empleados son mucho más proactivos, más creativos y se sienten más felices, porque ese líder introvertido les aporta confianza y nuevas oportunidades.

Las personas calladas y sus mentes

Las personas calladas no son necesariamente tímidas. Son pausadas, tienen otro ritmo, otros tiempos y otras necesidades. Para ellas, el mundo, va a veces demasiado rápido y no alcanzan a poder analizar tal y como desean cada aspecto, cada detalle. Porque cada matiz de su realidad debe pasar primero por el filtro de las emociones, y tal delicadeza, tal meticulosidad lleva su tarea, su lenguaje, su artesanía.
Hay quien encuentra el silencio como algo incómodo e insoportable… Tal vez sea porque tienen demasiado ruido en su interior.

Las personas calladas no se sienten cómodas siendo el centro de atención. No son el satélite de nadie y prefieren orbitar en espacios privados, a veces hasta solitarios. Este estilo comportamental puede suscitar cierta extrañeza ante las miradas ajenas, de ahí, que muchas veces las personas más silenciosas sean etiquetadas de tímidas, apocadas, reservadas o faltas de interés. Sin embargo, es importante saber que este estilo de personalidad esconde sus tesoros y sus bellezas en las profundidades y es ahí donde se halla su incomensurable belleza.

Características de la persona silenciosa e introvertida

- Piensan antes de hablar. Son considerados a la hora de comunicar, saben escuchar, reflexionan y más tarde responden.
- No les agrada la superficialidad. Su foco de interés navega en las profundidades de la realidad, son imaginativos, les gusta relacionar ideas, conceptos, son soñadores y suelen hablar con ellos mismos todo el tiempo.
- Las personas calladas suelen caracterizarse por una buena autoconfianza. No se dejan llevar tampoco por opiniones ajenas, tienen unos valores sólidos y unas ideas claras.
- Prefieren escribir a comunicar. Se sienten más cómodos con la palabra escrita.
- La soledad es un refugio común en la persona introvertida. Sin embargo, cabe señalar que no la buscan como mecanismo de huida, sino como espacio para recuperar la energía y la claridad cuando el mundo les satura con sus estímulos, sus voces, sus prisas y sus rumores.
Porque al fin y al cabo, las personas calladas son cómplices de esa sabiduría que nace de la reflexión, la imaginación y ante todo, del tranquilo silencio.
(Fuente: Mujer)

jueves, 28 de septiembre de 2017

Cuando no estés conforme con tu vida, sencillamente agradece


Es fácil sentirse mal, sentirse inconforme, sentirse ansioso, solo basta con que sembremos pensamientos negativos en nuestra mente y nos aferremos a ellos como nuestra realidad, cuando lo que son es una mera ilusión que nos debilita y nos desgasta.
Lo bueno es que así como podemos adoptar pensamientos que no nos favorecen, lo mismo podemos hacer con aquellos que nos enriquecen y los que de la manera más sencilla nos hacen cambiar de perspectiva son aquellos de apreciación y de agradecimiento.

Agradece por la vida:

La vida es un milagro, es un regalo, no sabemos cuánto tiempo estaremos acá, pero lo importante es aprovechar cada día, ver las maravillas que tenemos a nuestro alrededor, ese hermoso cielo, con sus amaneceres y sus atardeceres, esa naturaleza infinitamente maravillosa que día a día intenta darnos lecciones de cómo vivir mejor y más ligeros, la posibilidad de respirar y con ello cambiar nuestro estado de ánimo. Sencillamente agradece haber tenido un nuevo día, para estar, para ser.

Agradece la posibilidad de cambiar:

Sean muchos o sean pocos, sean adorables o no, siempre tendremos personas a nuestro alrededor o al menos en nuestro corazón que enriquecen nuestra vida, que nos enseñan, que nos muestran diferentes puntos de vista, que nos alimentan el espíritu, que nos apoyan y están de alguna manera pendientes de nuestro bienestar.

Agradece por las pequeñas cosas:

Quizás tenemos la costumbre de agradecer solo por los grandes logros, los grandes acontecimientos, pero hay muchos detalles que pueden llamar nuestra atención y hacernos ver lo afortunados que somos. Una manta caliente en una noche con frío, una llamada de ese ser especial, una mirada noble de un niño, la posibilidad de ver, escuchar, sentir, amar, que son grandes cosas, pero muchas veces las damos por sentado.
Son muchos los motivos que tenemos para agradecer, quizás muchos más de los que tenemos para quejarnos, para sentirnos inconformes, todo está en dónde estamos centrando nuestra atención. Dejemos de lado las quejas, los miedos, las críticas, los juicios y hagamos la sustitución por un acto o una palabra de valoración y agradecimiento. De esta manera activaremos otro tipo de energía a nuestro alrededor y más de lo que nos gusta se hará presente.
(Fuente: Rincón del Tibet)

domingo, 17 de septiembre de 2017

Entre tú y yo: La empatia

¿Que es lo que hace que los seres humanos seamos capaces de adoptar el punto de vista de otras personas sin dejar de ser nosotros mismos? 
¿De dónde viene el placer de compartir, ayudar a los demás y entender? 
 ¿La empatía que ha jugado un papel en la evolución de las especies? y En el ascenso de las civilizaciones? En el vídeo se realiza un análisis de la empatía desde diferentes puntos de vista para aclarar estas cuestiones y ver la verdadera importancia de la empatía en nuestras vidas.

 

jueves, 14 de septiembre de 2017

Técnicas para borrar de tu mente los pensamientos negativos



Pensamientos obsesivos y recurrentes: no permitas que acaben consolidándose en tu mente.

Todos tenemos en mayor o menor medida algunos pensamientos negativos, pero si permitimos que se adueñen de nuestra mente pueden resultar peligrosos para nuestra salud mental.
Los pensamientos negativos recurrentes se consolidan en nuestro cerebro y pueden llegar a ser muy molestos si no hacemos algo para deshacernos de ellos.
La estrategia de “forzarnos a no pensar en ello” es contraproducente.
En el momento en que comenzamos a pensar en cosas negativas, tratamos de expulsar inmediatamente estos pensamientos. No obstante, erradicar los malos pensamientos no es tan fácil como parece, e incluso es una estrategia que puede ser contraproducente.
Combatir esta clase de pensamientos negativos y recurrentes puede incluso anclar estos patrones de pensamiento, con lo cual el problema, lejos de mejorar, se agrava. Lo cierto es que cuanto más tratamos de no pensar en algo, más cuesta sacarnos eso de nuestra mente.
Con el fin de liberarnos de estos pensamientos, será crucial enfocar el problema de un modo distinto, con las técnicas y estrategias adecuadas para limpiar nuestros malos pensamientos de una vez por todas. Aquí tienes siete formas de lograrlo.

1. Modifica tu lenguaje gestual y corporal

Párate un momento a observar cómo te mueves y qué gestos usas al comunicarte con otras personas. ¿Pareces más encorvado de la cuenta o tienes una postura corporal cerrada? ¿Tienes el ceño fruncido? ¿Cruzas los brazos?
Si notas que esto es así, cuidado porque eres más propenso a tener pensamientos negativos. De hecho, un mal lenguaje corporal puede dañar tu autoestima y mermar tu autoconfianza. Cuando nuestro estado emocional no es óptimo, los pensamientos negativos pueden surgir con facilidad.
Prueba a sonreír más a menudo y mejorar tu postura corporal, abriéndote hacia los demás. Esto ayudará a que tengas una mejor comunicación no verbal y a promover un mejor estado mental en el que no tengan cabida los pensamientos negativos recurrentes.

2. No tengas miedo a hablar sobre el tema que te preocupa

No es raro que los malos pensamientos surjan porque tenemos problemas emocionales o de cualquier otro tipo que no hemos sabido comunicar a nadie. Cuando nos guardamos estas sensaciones para nosotros mismos, las cosas suelen ir a peor.
Si consideras que necesitas expresarle a alguien aquello que te atormenta, no dudes en hacerlo. Cuando hablamos con alguien sobre lo que nos preocupa, los pensamientos adquieren una nueva dimensión, los visibilizamos, y esto nos puede facilitar que pongamos en perspectiva. Una buena manera de empezar a borrarlos de nuestra mente.

3. ¿Conoces la meditación y el Mindfulness?

El estrés y la ansiedad con que tenemos que afrontar el ritmo frenético del día a día puede hacer que nuestro pensamiento no descanse ni se oxigene lo suficiente. Es casi imposible poder llegar a gestionar nuestros pensamientos negativos cuando no tenemos ni un minuto de relajación.
Existen distintas técnicas y filosofías que nos ayudan, por ejemplo, la meditación o la filosofía Mindfulness.

4. Cambia tu perspectiva sobre las cosas

En ocasiones, los pensamientos negativos son el reflejo de que estamos mirando la realidad desde una perspectiva equivocada. Prueba a reflexionar sobre tu punto de vista, quizá te des cuenta que no eres totalmente racional a la hora de valorar lo que sucede en tu entorno.
Por ejemplo, en vez de pensar “Estoy viviendo un momento complicado en el que tengo un montón de problemas”, puedes probar a cambiar el marco y enfocarlo así: “Me parece que estoy afrontando ciertos retos que me están exigiendo mucho pero estoy en el camino de hallar soluciones”.
Fundamentalmente el mensaje es el mismo, pero usando la segunda fórmula puedes enfocar los problemas de un modo más optimista. Este pequeño cambio de actitud puede ocasionar una gran mejora en tu percepción de las cosas, puesto que estarás modificando algunas estructuras mentales.

5. La importancia de la creatividad

A veces, los pensamientos negativos se enquistan en nuestra mente y es complicado encauzarlos hacia fuera para ir borrando la mala influencia que tienen sobre nosotros.
Una de las maneras de hacerlo es encontrar una expresión artística o creativa: escribir, dibujar o tocar un instrumento musical puede ser una buena forma de canalizar mediante la creatividad estas malas emociones. Además, está demostrado que el arte puede ser muy terapéutico y logra mejorar tu estado de ánimo.
La creatividad es liberadora. Cuando somos capaces de expresarnos mediante el arte, las dinámicas negativas generadas por tus pensamientos empezarán a debilitarse para dar paso a nuevas experiencias y sensaciones.

6. Pasear y practicar ejercicio físico

Algunas personas piensan que nuestro cuerpo y nuestra mente son dos elementos claramente diferenciados y que realizan sus procesos de forma separada. Por tanto, asumen que los pensamientos se forman en la mente, y que el cuerpo no tiene nada que ver.
Esto no es exactamente así. Nuestros pensamientos también son producto del ambiente en el que vivimos, la calidad de las relaciones interpersonales que tenemos, y muchos otros factores. Te habrás dado cuenta que si estás mucho tiempo cerca de personas negativas, lo más normal es que poco a poco te “contagien” de su actitud y tu estado emocional empeore.
Apartarte temporalmente del ambiente que te crea malestar puede ayudarte mucho. Por ejemplo, dar un paseo activará regiones cerebrales que permanecen casi inactivas cuando estamos sentados. Otra buena idea para borrar los pensamientos negativos es practicar ejercicio físico, puesto que está demostrado que mejora nuestro estado de ánimo y nos reporta una buena dosis de hormonas positivas y relajación.

7. Pregúntate qué es lo que te hace feliz

Algunos pensamientos recurrentes que nos perturban tienen su génesis en una sensación de vacío existencial. Pero, ¿eres consciente de todas las cosas positivas que tienes a tu alrededor?
No es raro que, inmersos como estamos en la rutina diaria y en nuestras respectivas labores, perdamos la perspectiva general sobre las cosas relativamente positivas que tenemos en nuestras vidas. Es esencial pues que demos valor a estas cosas buenas, y darles la importancia que merecen.
Si elaboras una lista con estas cosas de las que puedes sentirte feliz y agradecido, tu estado emocional mejorará. Ten en cuenta que, en ocasiones, muchos aspectos positivos de nuestra vida pasan desapercibidos. Es tu responsabilidad volver a fijarte en ellos y valorarlos.
(Fuente: Rincon del Tibet)

jueves, 31 de agosto de 2017

5 Claves para establecer una "disciplina positiva" en casa


Uno de los aspectos más difíciles y más importantes a la hora de educar a los niños y a los adolescentes es establecer una disciplina positiva. Es fundamental establecer una rutina sana en la que los niños no asocien la disciplina con un castigo.
La disciplina positiva, no se enfoca tanto en penalizar las malas conductas sino en guiar a los niños y adolescentes a tener el comportamiento adecuado. Con esta idea de disciplina se trasciende del castigo a la enseñanza.
Estas son algunas premisas fundamentales a la hora de establecer buenas conductas en el hogar.

Disciplina positiva: 5 principios esenciales
OFRECE ELECCIONES

Cuando tus hijos pequeños o adolescentes reciben elecciones en vez de órdenes, hay menos posibilidades de que haya un conflicto. Define dos elecciones que sean convenientes para ambos y que no vayan contra los principios familiares. Además de apreciar un buen comportamiento, enseñarás a tus hijos a empoderarse y a ser independientes

CREA UN AMBIENTE POSITIVO DENTRO DEL HOGAR
Los niños siempre tienen un espíritu curioso y aventurero que se debe estimular. Es importante evitar la represión de su curiosidad como medio de disciplinarlos. Establece límites sanos y evita que tu respuesta ante todas sus peticiones sea un “No”. Si creas un entorno amigable y seguro, podrás decir que sí sin que el bienestar de tus hijos esté en riesgo.

EDUCA LAS EMOCIONES
Nunca es demasiado pronto para enseñarles a tus hijos a expresar sus emociones. Los sentimientos y las sensaciones son el origen de los comportamientos humanos, sean adecuados o inapropiados. Si tus hijos son conscientes de lo que sienten, será mucho más fácil que aprendan a controlarlo.

EVITA PRESTAR DEMASIADA ATENCIÓN A LOS COMPORTAMIENTOS QUE NO PONEN EN PELIGRO A TUS HIJOS
“Aprender a elegir tus batallas” determina el éxito de tus estrategias de disciplina positiva. No será agradable para un niño o un adolescente que sus padres permanezcan vigilantes como policías. Tanto para ellos como para ti, es necesario encontrar un espacio de relajación.

MANTÉN LA CONSISTENCIA
La clave del éxito de la disciplina positiva, es ser consistente en las rutinas. Tus hijos necesitan saber con claridad lo que es aceptable y lo que no lo es. Si un día los castigas por algo y al día siguiente lo omites, se confundirán y no estarán recibiendo un mensaje consistente. Para lograr la consistencia en los comportamientos, establece rutinas muy claras y definidas.

Otras recomendaciones importantes
- Involucra a tus hijos a la hora de establecer los límites y las reglas. Cuando sientes que los escuchas verán las reglas como algo más justo.
- Sé claro a la hora de manifestar los comportamientos que se esperan de ellos.
- Asigna tareas y responsabilidades que cada persona en la familia debe cumplir para tener una convivencia sana.
- Haz acuerdos y expresa cuáles pueden ser las consecuencias de un comportamiento inaceptable sin usar un tono amenazante.
- Resalta y reconoce cuándo tus hijos han tenido comportamientos esperados y han adoptado las normas concertadas.
- Interpreta los errores como oportunidades de aprendizaje. Enséñales cómo pueden convertir las situaciones adversas en situaciones de aprendizaje y entendimiento.
- Evita pasar por alto las acciones que atentan contra las reglas del hogar. Esto prevendrá que el comportamiento inadecuado se repita.
- Soluciona los problemas de manera inmediata y usando el diálogo como principal herramienta.

Recuerda que no hay niños o adolescentes malos sino comportamientos inapropiados. La primera acción que debes incluir en tu rutina es dejar a un lado los calificativos poco estimulantes. Usar palabras como “malo”, “inquieto”, “travieso” con una connotación negativa, refuerza una imagen no deseada en ti y en tu hijo.
En la mayoría de los casos, los malos comportamientos surgen por influencias externas detonantes: el estrés, la ansiedad, el hambre, la depresión, etc.

La disciplina positiva es la oportunidad de mejorar la convivencia familiar y de formar niños y adolescentes que aceptan y ponen en práctica las reglas, no por temor a ser castigados sino porque reconocen la importancia de los buenos comportamientos y las razones para tenerlos. 

domingo, 27 de agosto de 2017

Cómo subir la energia



¿Se siente exhausto, enfermo o irritable? Puede ser que su energía vital se esté agotando.
Somos seres multidimensionales y funcionamos a varios niveles: físico, mental, emocional y espiritual.
Estos niveles no son aislados ni separados, sino que se afectan mutuamente. Para poder funcionar efectivamente en el cuerpo que habitamos, y poder avanzar espiritualmente también, es necesario que purifiquemos nuestro organismo y subamos la energía vital.
Subir la energía nos hará sentir más sanos, más alerta y más inspirados para seguir nuestro camino.

Cómo subir su energía y vibraciones 

PURIFIQUE SU CUERPO
Para subir su energía vital y que su organismo funcione adecuadamente, es importante que esté sano.
Para ayudar a su cuerpo a mantener su funcionalidad, la dieta debe ser una prioridad. Opte por comida fresca, en vez de procesada, y limite la ingestión de azúcar, grasa y proteínas animales.
Aumente el consume de agua y reduzca el de sodas, café, jugos embotellados y por supuesto, de alcohol, cigarrilo y drogas.
Para subir la energía, su cuerpo debe estar lo más desintoxicado posible.

CONOZCASE MAS
Es importante aprender a reconocer las reacciones que nuestra mente y cuerpo tienen a nuestro entorno, nuestros pensamientos y nuestras acciones.
Muchas veces lo que pensamos y hacemos, o los lugares que frecuentamos, bajan nuestros niveles de energía.
Note cómo cuando tiene ciertos patrones de pensamiento, su estado de ánimo empeora, la fatiga aumenta y los problemas aparecen.
Lleve un diario en donde anote sus estados de ánimo y su energía física, al igual que lo que comió ese día, los lugares que visitó o las personas con quien estuvo y lo que le ocupó la mente.
Pronto, reconocerá ciertos patrones que podrá asociar con sus niveles de energía.
De esa manera, podrá eliminar aquello que lo enferma, entristece o atrasa espiritualmente. Para subir la energía, elimine patrones negativos.

PURIFIQUE SU ENTORNO
Si quiere subir la energía y elevar las vibraciones, elija muy bien con quién interactúa y qué lugares frecuenta. Si no puede evitar estar alrededor de personas o lugares con energías nocivas, entonces asegúrese de protegerse física y psíquicamente con técnicas de visualización.
En su hogar, lugar de trabajo, haga rituales de protección regularmente y use cristales de sanación y purificación para mantener el flujo de energía limpio y vivo.

PURIFIQUE SU MENTE
No le de cabida a la preocupación ni al pesimismo. Manténgase alerta sobre sus pensamientos y compense y corrija patrones negativos con técnicas como la programación neurolingüística o la meditación.
Igualmente, practique meditación y visualización regularmente para mantenerse enfocado y positivo. Utilice afirmaciones para modificar patrones de pensamiento negativos.

PERDONE, SEA GENEROSOS Y TENGA COMPASIÓN 
El perdón nos libera y nos ayuda a concentrarnos en crear, en vez de destruir, lo cual nos permite subir la energía y las vibraciones inmediatamente.
Compartir con otros también es sanador y limpia nuestro karma, lo que a su vez también aumenta nuestra energía.
Por último, desarrollar la compasión hacia nosotros y hacia los demás, nos mantiene emocionalmente conectados con el todo y nos ayuda a avanzar espiritualmente.

MANTENGASE EN MOVIMIENTO
La vida atrae VIDA.Haga ejercicio, juegue, baile… incluso o especialmente cuando no sienta ganas.
Inténtelo una vez y ponga atención a la reacción que su cuerpo y su mente tienen a la actividad.
Cuando se sienta fatigado mentalmente, salga a caminar o montar en bicicleta, o ponga su canción favorita y baile libremente. Es más,conviértalo en una rutina diaria !
(Fuente: Dreaming Tibet)

miércoles, 23 de agosto de 2017

Lo que oculta el mal comportamiento infantil


Mal comportamiento, rabietas, gritos, reclamo de atención, faltas de respeto, indiferencia, falta de colaboración y un largo etc, podrían ser los retos al que se enfrentan quienes conviven con niños
¿Pero qué pasaría si te dijera que no todo es lo que parece? ¿Qué detrás del mal comportamiento del niño hay un mensaje oculto?
Todos los seres humanos nos movemos por un propósito y este es el de la conexión, sentir que pertenecemos y que somos significativos o contributivos a un grupo, a una comunidad, a una familia.
Los niños tienen una necesidad imperiosa  de sentir conexión con el adulto y movidos por esa necesidad persiguen la conexión de la manera que su desarrollo evolutivo y sus experiencias de vida le han permitido, no es una decisión voluntaria, es algo que viene predeterminado por su cerebro primitivo, recordad que somos seres gregarios, necesitamos de los demás para sobrevivir.

Niños que movidos por su naturaleza infantil y por su necesidad de conectar llegan a la conclusión de que la única forma que tienen de hacerlo es a través de comportamientos que nosotros calificamos de inadecuados y disruptivos.

Todos los niños están constantemente haciéndose preguntas y a través de las relaciones que viven se van contestando.
¿Quién soy? Soy bueno, soy malo, soy adecuado, soy inadecuado, soy capaz, incapaz.
¿Cómo son las personas que me rodean? Son motivadoras, no son motivadoras.
¿Cómo es el mundo? Es alentador o sólo puedo reaccionar para sobrevivir.

Imaginaos, por ejemplo a Sara que parece estar esperando a que hables por teléfono para reclamar en ese preciso instante tu atención de una forma reiterativa, o bien el niño que parece esperar a que te encuentres a alguien al que quieres saludar para necesitar de tu exclusiva atención ¿Cuál es tu tendencia natural? ¿Le prestas atención, corrigiéndole e incluso dándole una pequeño sermón como… “¿Sara cuantas veces he de decirte que esperes a que acabe de hablar?”. ” Te he dicho una y mil veces que cuando hablo por teléfono esperes a que acabe”.

Por otro lado tenemos a Miguel empujando a los niños en la fila para estar en primer lugar. Suele quitar la pelota cuando está en el patio jugando con otros. Te reta constantemente en la clase con actitud desafiante y obstinada, comienza a hacer sus tareas a regañadientes. ¿Tú tendencia no sería demostrar a Miguel que él no manda?

Tenemos también a Jaime, la mamá de Jaime ha estado toda la semana de viaje de trabajo y cuando vuelve a casa, encuentra a Jaime que está pintando un dibujo, esta mamá se vuelca en dar besos y arrumacos a Jaime y le dice con una sonrisa de oreja a oreja cómo le gusta el dibujo que está haciendo, entonces Jaime enfurruñado rasga el dibujo en mil trozos y mira a su mamá con fuego en los ojos diciendole “no te quiero”.Tenderíamos de forma natural a contener a duras penas nuestro sentimiento de incredulidad y de dolor, intentando recomponernos del sentimiento de culpa.

Por otro lado está Ana que se da por vencida incluso antes de iniciar cualquier cosa. No importa cuanto la quieras persuadir no lo intenta. Hace todo lo posible para parecer invisible hasta que dejas de pedirle algo.
Es probable que termine etiquetada con un problema de aprendizaje.

Aquí tenemos unos ejemplos de “mal comportamiento o comportamientos inadecuados” y de las reacciones que por regla general solemos tener los adultos ya que sólo estamos prestando atención al comportamiento.

Hoy quiero compatir contigo EL CÓDIGO DEL MAL COMPORTAMIENTO, te voy a hablar de CUATRO METAS ERRADAS en las que un niño puede instalarse porque llega a la conclusión de que es la única forma que tiene de conectar contigo.

1- ATENCIÓN EXCESIVA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
El niño se pone pesado, fastidioso, reclama constantemente tu atención, se queja sin parar, exige.
No es el niño que está haciendo su trabajo y te llama en alguna ocasión para enseñarte algo, es el niño que reclama tu atención de manera excesiva o el tipico graciosillo de la clase o ese niño que tiene gustos diferentes o extraños y le gusta mostrar que es diferente, y tú te preguntarás ¿Cómo ante comportamientos tan distintos puedo saber que le motiva a portarse así?. La respuesta está en nosotros mismos, ya que tenemos que identificar que sentimiento nos provoca esa conducta, una vez la tengamos identificada podremos seguir descifrando este código.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
En este caso nos sentimos molestos, irritados, preocupados o culpables.
Molestos porque pensamos ¡ayy este niño que pesado es!, irritados cuando a base de insistir decimos ¡anda déjame un ratito tranquila!, preocupados porque pensamos que no sabemos porque se porta así y culpables cuando nos decimos a nosotros mismos que le hemos permitido demasiado, que no sabemos en qué nos hemos equivocado o qué habrás estado haciendo mal.
REACCIÓN DEL ADULTO
Persuadimos al niño para que cambie su actitud.
Rescatándole (haciendo por él cosas que puede hacer sólo).
Gritándole para que pare.
Advirtiéndole ¡cómo no pares…!.
Dejándole ¡déjame 5 minutos…!.
RESPUESTA DEL NIÑO
El niño para unos instantes para luego reanudar lo que estaba haciendo o elige otro comportamiento aún peor.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Sólo soy importante cuando tengo atención constante, cuando los otros me notan.
Cuando no me atienden, no me quieren.
Te necesito para estar seguro y saber que cuento para ti.
Me asusta que no me quieran y te necesito para no sentirme sólo.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Nótame, involúcrame de manera útil.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
Necesita ser escuchado. Escucha lo que te cuenta con atención.
Tiempo especial sólo para él que se pueda pactar.
Ignorar la conducta pero nunca al niño ni a sus emociones ( tocar al niño mientras terminas de hacer lo que estabas haciendo).
Abrázale porque si.
Mírale mientras te habla, sorpréndete.
Disfruta de su compañía.
Enséñale a hacer las cosas por si mismo
Respeta tu tiempo y tu espacio también, hay momentos para todo.
Piensa en qué puede ayudarte y propónselo.
Redireccionar involucrando al niño en una tarea útil (te quiero y pasaré un rato especial contigo cuando acabe lo que estoy haciendo)

2- PODER NO CONSTRUCTIVO
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
Desafiante, negándose a hacer lo que se le dice o haciéndolo cuando le parece expresando así un poder pasivo.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Se siente constantemente retado, provocado, amenazado, desafiado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Algunas veces cede hasta que se siente superado y reacciona tratando de obligar al niño a que ceda él, mediante castigos o luchas de poder con lo que la actitud desafiante se agrava más.
Peleando, pensando (no te vas a salir con la tuya, te obligaré, él no tiene razón , no le voy a dejar que se suba a mi chepa).
RESPUESTA DEL NIÑO
Intensifica su comportamiento, obedece pero desafiando y sintiendo que ha ganado cuando el adulto está molesto aún cuando ha obedecido. Dice que si, pero no lo cumple. Se cree vencedor si el adulto se altera.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Sólo me siento importante cuando mando yo o impido que tú mandes, cuando te demuestro que no puedes obligarme ni detenerme.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Déjame ayudar, dame opciones.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
No pelear, ni entrar en luchas de poder, ni ceder.
Emplear amabilidad y firmeza al mismo tiempo.
Pide ayuda (dile que no puedes obligarle pero que te encantaría contar con él y con su colaboración)
Retírate a tranquilizarte.
No hables y actúa.
Establece rutinas junto al niño. Deja que las rutinas sean quienes manden.
Interésate por lo que le gusta.
Háblale de lo que te gusta a ti
Proponle hacer cosas juntos, compartiendo buenos momentos, divirtiéndote a su lado.
Siéntate a charlar de lo que te preocupa y pregúntale que se le ocurre para arreglarlo.
En momentos de pelea cuenta hasta 10.
Negocia para encontrar una buena solución que os haga felices a todos.
Ofrece opciones limitadas
Son niños que reclaman el poder porque quizás de pequeño se le ha facilitado todo y nunca o casi nunca se le ha permitido equivocarse, mancharse, explorar, experimentar, aprender, no se siente empoderado. Imaginaos esto que bomba de relojería puede resultar para un adolescente.
Frases como
Confío en ti
Sé que me puedes ayudar
Sé que podrás llegar a hacerlo tú sólo.
Sé que no te puedo obligar pero confío en que sabes lo que tienes que hacer.

3- VENGANZA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
Comportamiento destructivo o autodestructivo, agresivo, hiriente, grosero, vengativo.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Herido, incrédulo, lastimado, decepcionado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Vengativo, contraatacando, sintiéndose como una víctima (¿cómo pudiste hacerme esto?), castigando.
RESPUESTA DEL NIÑO
Intensifica y empeora su conducta o escoge otra arma.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
No creo ser importante para nadie, me han hecho daño, así que yo haré lo mismo. Nadie puede quererme ni puedo agradar a nadie.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Estoy dolido, me siento incomprendido, reconoce y valida mis sentimientos.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
Reconoce y valida sus sentimientos.
No actúes cuando estás herido, mejor retírate, cálmate y habla con el niño después tratando de llegar a acuerdos que sean muy claros y apropiados.
No le castigues ni emplees represalias
Pide perdón si has metido la pata.
Sé cariñoso. Abrázale, bésale.
Pregúntale cómo se siente y escúchale con atención
Dile lo mucho que le quieres y que le querrás siempre pase lo que pase.
Comparte tus sentimientos.
Alienta sus fortalezas.

4- INSUFICIENCIA APRENDIDA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
El niño se muestra como ausente, indiferente, pesimista y desesperanzado e inútil, no hace nada, ha asumido que no puede.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Desesperado, inútil nada parece dar resultado, frustrado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Compararle con otros (con la intención de que reaccione), criticarle o hacer el trabajo por él rescatándolo, o rindiéndose (no hay nada que hacer con él).
RESPUESTA DEL NIÑO
Se retrae aún más, se vuelve pasivo, no muestra mejoría ni responde, confirma que no vale, se hunde.

CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Es imposible qué importe a alguien, no soy suficiente, soy inferior a los demás ¿para qué intentarlo? no lo haré bien.
No me quieres porque no soy perfecto por eso espero convencer a todos de que no esperen nada de mí y así no decepcionaré.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
No te rindas, enséñame paso a paso.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
No te rindas, demuéstrale que crees en él, que tienes fe y confianza en que podrá.
Recuérdale todo lo que ha logrado y ayúdale a practicar en lo que necesite, pero no lo hagas por él.
Ten mucha paciencia.
Hazle ver sus fortalezas y haz hincapié en cada logro por muy pequeño que este sea.
Desglosa la tarea en pasos pequeños.
No le compadezcas usa un lenguaje positivo y alentador.
Disfruta de su compañía sin más pretensiones.

Espero que a partir de ahora te imagines un cartel con el mensaje oculto que el niño querría trasladarte si pudiera.

domingo, 20 de agosto de 2017

Reconocer nuestros errores nos brinda la oportunidad de aprender de ellos



Dijo Confucio que “cometer un error y no corregirlo es otro error”. Siguiendo este razonamiento ¿negar un error es el primer obstáculo para reparar las consecuencias de un error que hayamos cometido?
Al fin y al cabo, cuando decimos la célebre frase “yo no he sido”, la cual entraña en muchos casos una negación evidente de nuestra posible responsabilidad, ¿no estamos intentando en el fondo justificar un error? Y el hecho de justificarlo, ¿no es una forma de no reconocer algo mal hecho? Así que, al fin y al cabo, ¿no estaríamos ante una negación?

¿Qué sucede al negar un error?

Es decir, al no entonar “el mea culpa” ante nuestros errores, muchas veces lo que intentamos es poner distancia entre lo que ha ocurrido y sus consecuencias. Sin embargo, no es menos cierto que esta misma distancia dificulta la posibilidad de aprender de lo que ha ocurrido. Aleja así la posibilidad de revisar el proceso e identificar los fallos.
Por otra parte, esta distancia también puede producir que en un primer momento suspiremos de alivio. Un alivio que se trasformará en ansiedad en el caso de que tengamos que volver a afrontar el mismo reto, cuando nos tiremos de los pelos por no haber puesto los medios suficientes para subsanar nuestras carencias.
Por ejemplo, si el departamento de la empresa en el que trabajamos se tiene que comunicar con un país de otro idioma y nosotros como máximos responsables no asumimos que debería haber alguien (o nosotros mismos) que estuviera en disposición de hacer tal comunicación, difícilmente lo asumiremos como nuestra responsabilidad, difícilmente se hará la comunicación en esa ocasión y difícilmente se hará en las siguientes ocasiones.
Además de imposibilitarnos para el futuro, renunciar a la tarea de explorar nuestros fallos, por no reconocerlos, es una actitud que supone un obstáculo para el autoconocimiento. Al renunciar a este proceso, también renunciamos a aceptar la responsabilidad de los aciertos que también se han dado, ignorando así nuestras capacidades más destacadas y evitando que las potenciemos.

Formas en que la negación provoca no aprender de nuestros errores

Llegados a este punto, merece la pena recordar un estudio llevado en equipo entre investigadores de la Universidad de California y Nueva York. En el mismo, se desveló que el hecho de no asumir nuestros propios errores se relaciona con nuestra personalidad, y hace disminuir nuestro potencial de crecimiento.
Para llegar a estas conclusiones, analizaron miles de perfiles. En ellos, trataban de identificar los tipos de personalidad dominantes según las reacciones que adoptaban ante los errores.
Definitivamente, el estudio arrojó curiosos resultados. Dentro de los mismos, se estimaba que el 70% de la población podía ser perfectamente catalogada dentro de tres grandes grupos

La culpa es de otra persona

Una frase tan recurrida en niños, el clásico “yo no he sido”, sigue siendo muy usada por un gran número de adultos. Es decir, al cometer un error, deciden obviar su responsabilidad y la atribuyen a una segunda persona.
O sea, que, al culpar a otros de sus propios errores, en cierto modo los están negando. De esta forma, al no tener la madurez necesaria para reconocerlos, tampoco la tienen para mejorar en su propio conocimiento interior cualitativo. Suelen optar por actitudes victimistas, incapaces de asumir culpas, y sin un criterio constructivo sobre el hecho en sí.

Aquí no ha pasado nada

Otro grupo de personas se engloba entre aquellos que no es que culpen a otro, es que no ven error alguno. Es decir, que por más que le muestres en evidencia, son incapaces de ver que ellos tenga culpa alguna.
Así que este grupo de personas negarán sobre todas las cosas haber hecho algo mal. Directamente no son capaces de lidiar con la culpa, ya que no la ven. Es decir, que para ellos, es imposible aprender de algo que no existe, o que directamente no están dispuestos a reconocer bajo ningún concepto.

Asumir una responsabilidad más allá de la que a uno le corresponde

Aprender de nuestros errores requiere admitir que hemos fallado, y entonar frases como “la responsabilidad ha sido mía”. Por fortuna, otra buena parte de la población sí es capaz de reconocer que se ha equivocado, por lo que está dispuesta a corregir, reparar, enmendar y mejorar.
No obstante, hay que tener cuidado, ya que a veces nos encontramos con personas con una actitud que se sitúa en el otro extremo, asumiendo su responsabilidad y la de los demás. Por lo tanto, los recursos que pueden llegar a destinar a la reparación son muchos y el castigo que se pueden llegar a imponer a ellas mismas por los errores que se atribuyen, al ser proporcional a esta atribución, también puede ser muy grande.
(Fuente: La mente es maravillosa)

miércoles, 16 de agosto de 2017

No busques el amor en tu vida

Esto es lo que has de hacer en vez de buscar el amor en tu vida.
¿Cómo debe ser el amor verdadero y cómo se puede aprender a amar? Estas preguntas atormentan la humanidad a lo largo de muchos años y son  difíciles de responder. Volverse maestro en esta ciencia se convierte en uno de los deseos más grandes en la vida de cada quien.

Después de algunos intentos fracasados y dolorosos, muchos llegan a la triste conclusión de que no están dispuestos a contribuir al desarrollo de sus relaciones. O creen que no son de aquellas personas que pueden convivir con una sola pareja toda la vida. La gente prefiere renunciar a su sueño, en lugar de exponerse al riesgo de experimentar el dolor y la decepción vez. 

¿Por qué es tan difícil no solo crear sino también mantener nuestras relaciones amorosas? ¿Y por qué pensamos que en todo el mundo solo existen un candidato digno de nuestra atención, y que lo más probable es que él viva en un Universo paralelo? ¿O tal vez todos los problemas surgen debido a algunas defensas nuestras que creamos hace tiempo pero ahora nos estorban y solo nos traen decepción?

Al mismo tiempo, cuanto más dure la relación, más miedos tenemos. Algunos creen que: cuanto más profunda sea una relación, más sencilla debe ser; y que si algo no va bien, definitivamente algo está mal con la relación en sí o con las personas involucradas. No necesariamente.

Una relación profunda puede sacar tanto lo peor como lo mejor de nosotros: nuestros miedos y grandes esperanzas, nuestra dedicación y celos, nuestra bondad y falta de sensibilidad, nuestra generosidad y egocentrismo. Trabajando en estas emociones, nos abrimos cada vez más el uno al otro, quitando poco a poco aquella armadura que algún día nos protegía.

Un gran amor, una sincera intimidad y entendimiento, estos son los rasgos particulares de una relación buena y sana. Y este tipo de relaciones no suceden cuando se les persigue, más bien se construyen como resultado de aquellas condiciones que tú mismo estás creando. A la hora de crear una relación, lo más importante no es buscar a la persona de tus sueños sino convertirte tú en esa persona.

Cuando desarrollamos en nosotros aquellas cualidades que queremos encontrar en otra persona, la posibilidad de conocer a tal pareja aumenta exponencialmente. Y si empezamos a desarrollar en nosotros generosidad, compasión, la habilidad de confiar y todos aquellos rasgos que buscamos en los demás, y luego aprendemos a aplicarlos en la vida, nuestras relaciones, sin duda, evolucionarán y serán cada día mejores.

Cuando dos personas se apoyan mutuamente en esta aventura tan divertida y buscan aprender tanto como les sea posible, las oportunidades que tiene esta relación son infinitas. Sí, requerirá mucho esfuerzo, tiempo y energía, pero cualquiera que algún día haya entrado en este camino, te dirá que el resultado lo vale. Más de lo que te puedes imaginar.

Entonces, ¿qué estás esperando?
(Fuente:Viajes del corazón)