martes, 15 de noviembre de 2016

El regalo más preciado, dedicar tu tiempo a alguien



Es importante que valoremos el hecho de que los demás nos regalen su tiempo, pues nos están dando algo que nunca recuperarán. Con este acto nos están diciendo que nos quieren, que nos valoran y que disfrutan de nuestra compañía.

No obstante, es cierto que debemos entender la diferencia entre alguien que nos dedica su tiempo libre y alguien que crea tiempo libre para estar con nosotros. No tienen el mismo valor aunque ambas situaciones son hechos que conmueven y que debemos agradecer.

Es realmente fabuloso que, cuando alguien está muy agobiado con su día a día, eche el freno a sus obligaciones por pasar tiempo con nosotros o saber algo de nuestra vida. Son momentos que vale la pena atesorar porque se comparten con personas que nos brindan su afecto y sus ganas de hablar el idioma del acompañamiento afectivo.

¿Cuánto vale una hora de tu tiempo?

La noche había caído ya,sin embargo, el pequeño niño hacía grandes esfuerzos por permanecer despierto. El motivo bien valía la pena; estaba esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente cuando se abrió la puerta.

Hijo: “Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?”
Padre: “Sí, claro, ¿qué es?”
Hijo: “Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?” —dijo con ojos muy abiertos.
Su padre entre molesto y cansado, fue muy tajante en su respuesta.
Padre: “Eso no es asunto tuyo, ¿por qué me preguntas tal cosa?”
Hijo: “Sólo quiero saber, por favor dime, ¿cuánto ganas por una hora?”
Padre: “100€ por hora”, contestó contrariado.
Hijo: “Oh” —El niño con tristeza agacha la cabeza hacia abajo… “Papá, ¿puedo pedir prestado 50€?”

El padre se puso furioso: “Si la única razón por la que quieres saber lo que gano es para pedir prestado dinero para comprarte algún juguete tonto, entonces quédate en tu habitación, no salgas y piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo duro todos los días, como para lidiar con este comportamiento tan infantil”.
El niño en silencio cerró la puerta de su habitación. El hombre se sentó y comenzó incluso a ponerse más enojado acerca de la pregunta del pequeño. ¿Cómo se atreve a hacer tales preguntas solo para obtener algo de dinero?
Después de una hora o algo así, el hombre se calmó y comenzó a pensar: Tal vez había algo que realmente necesitaba comprar con esos 50€, después de todo, el niño no pedía dinero muy a menudo. Así pues, se acercó a la puerta de la habitación del niño y abrió la puerta.

Padre: “¿Estás dormido, hijo?”
Hijo: “No papá, estoy despierto”.
Padre: “He estado pensando, tal vez yo fui demasiado duro contigo. Ha sido un día largo y descargué mi frustración en ti. Aquí tienes los 50€ que me pediste…”- el niño se irguió, sonriendo.
Hijo: “Oh, ¡gracias papá!” -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada y sacaba varias monedas.
Entonces, se levanta y agarra debajo de la almohada unas monedas y unos billetes arrugados. El hombre vio que el muchacho ya tenía dinero, empezó a enfadarse de nuevo. El niño contó despacio su dinero y luego miró a su padre.
Padre: “¿Por qué quieres más dinero si ya tiene bastante?”
Hijo: “Porque yo no tenía suficiente, pero ahora sí.” –Contestó entusiasmado.
“Papá, ahora tengo 100€. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, mañana ven a casa temprano, me gustaría cenar contigo.”

El padre se sintió acongojado. Puso sus brazos alrededor de su pequeño hijo y le suplicó  su perdón.
El mejor regalo emocional: la inversión de nuestro tiempo.
No podemos olvidar que nuestra mejor inversión siempre será el tiempo que dediquemos a nuestra familia y nuestros amigos. Tristemente solo nos damos cuenta de esto cuando es demasiado tarde y ya hemos perdido la posibilidad de otorgar este valor a las personas que nos rodean.

Si mañana morimos, al poco tiempo habrá alguien que nos reemplace en nuestro puesto. Sin embargo la familia y los amigos que dejamos atrás no verán poblado ese vacío emocional que nuestra desaparición creará. Por ello, está claro que no hay tiempo más valioso que el que pasamos con los nuestros.

Quédate con quien te valore, con quien te abrace sin mentirte y te sienta sin tocarte. Dedícale tiempo a la gente que lo merece y que te hace sentir bien. No te olvides de dejar a un lado el estrés y las obligaciones y cuida de todos ellos como si no hubiese mañana.

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