martes, 15 de abril de 2014

¿Sabes escuchar activamente?


Se conoce mucho de los demás por lo que dicen y lo que cuentan. Así que si somos buenos escuchando, podemos aprender mucho de la gente, sus intenciones y los mensajes subyacentes. La escucha activa es fundamental a la hora de comprender a los demás; la audición es una capacidad física, pero escuchar es una habilidad social.

Escuchando de forma activa, captamos lo que la otra persona intenta transmitir y además le apoyamos para que siga hablando. Es básico que el otro perciba que le comprendes y de esta forma se va a abrir más a ti. Sin duda saber escuchar es una de las mejores cualidades que podemos cultivar como personas.

Dentro de la comunicación todo cuenta, no solo lo que decimos, sino nuestros gestos y nuestra expresión corporal en general. Saber leer más allá de las palabras, en los gestos de los demás, es de gran ayuda.

Es muy triste, pero está probado que solamente escuchamos la mitad de lo que nuestro interlocutor nos cuenta y luego no recordamos más de la mitad de eso. Penoso, ¿verdad? Normalmente escuchamos lo que queremos, al igual que vemos lo que nos interesa, al final buscamos en las palabras de los demás la confirmación de nuestras expectativas. Lógicamente, con este panorama, los equívocos y malentendidos están a la orden del día. Al final el mensaje llega distorsionado y lleno de errores.

El problema es que todos reaccionamos según lo que creemos que el otro quiere decir, y si lo hemos captado mal, nuestra reacción será inadecuada y pueden producirse conflictos que ninguna de las dos partes buscaba. 

Beneficios de escuchar activamente Al escuchar de manera activa podemos:

- Entender mejor lo que se espera de nosotros.
- Desarrollar una relación más armoniosa con nuestros compañeros de trabajo, familiares, amigos, pareja.
- Resolver los problemas más fácilmente.
- Captar significados subyacentes.

Cómo mejorar nuestra habilidad para escuchar. Definitivamente todos podemos mejorar en este ámbito; aquí van algunas ideas sobre cómo hacerlo:

1. Ten paciencia y calma.Da tiempo a tu interlocutor a expresarse con tranquilidad, no todo el mundo es un comunicador nato.

2. Trata de concentrarte en lo que estás haciendo. No estés pensando en lo que pasó ayer o lo que tienes que hacer luego. No hagas tres cosas distintas a la vez que escuchas.

3. Céntrate en la persona que está escuchando. Esto es fundamental: no estés pensando en lo que vas a decir a continuación. A veces ocurre que, en vez de escuchar al otro, solo estamos escuchando nuestros propios pensamientos, afirmando o negando internamente cada cosa que nos dicen. En otras palabras, no te escuches solo a ti mismo.

4. No dejes que tu mente vague. Haz el esfuerzo de no tener distracciones mentales.

5. Haz preguntas. Esta es una buena manera de comenzar la conversación con otra persona y darle la oportunidad de expresarse.

6. Resume lo que has escuchado. Esta es una gran manera de aclarar las cosas. A veces la gente no dice lo que realmente quieren decir y resumiendo, les ayudas a verbalizar mejor sus sentimientos e ideas.

7. Observa el lenguaje corporal y lo que no se dice. Escucha los sentimientos y las ideas que subyacen bajo las palabras.

8. No interrumpas. Esto es algo muy desagradable para el que está intentando comunicar una idea. De hecho, es bueno hacer una pausa por un momento antes de hablar. Esto ayudará a que la otra persona sienta que no hay prisas y que le estás escuchando de verdad.

Es muy importante que aprendamos a escuchar a los demás, pero aunque parezca algo muy simple, realmente son muy pocas las personas que saben escuchar de verdad, con un interés sincero en lo que el otro tiene para decir.

Si nos esforzamos en escuchar activamente, no tenemos nada que perder y mucho que ganar, pues este solo detalle puede cambiar nuestra vida y nuestras relaciones personales. Después de todo, ¿a quién no le agrada que lo escuchen
Fuente: la mente es maravillosa

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